viernes, 4 de febrero de 2011

Jaime Guardia reclama por José María Arguedas


Jaime Guardia está molesto, como muchos, porque el Gobierno no ha declarado al 2011 como año de Arguedas y se haya preferido al cerro que al hombre.


– ¿Cuánto le debe a Arguedas como artista?


– Uy, eso no tiene precio. A él le debo mucho y no solo como músico, sino por todas las recomendaciones que me ha dado. Gracias a él, todos los intérpretes de aquella época hemos tomado conciencia por las recomendaciones que nos hacía. Antes había prejuicio de hablar y cantar en quechua. Teníamos miedo, vergüenza cantar en quechua en Lima, pero él nos decía que debíamos estar orgullosos de hablar y cantar en dos idiomas.


–Han pasado cien años del nacimiento de Arguedas, ¿este año debió llamarse el año de Arguedas?


–Y con justicia, pero no, el Gobierno ha preferido darle el cartel al cerro que al hombre. Era muy merecido por su talla como hombre de cultura y como ser humano, pero lamentablemente las autoridades le han dado la espalda. Allí se nota claramente que no hay interés por la cultura, solamente el negocio, el comercio, porque Machu Picchu ya no necesita ninguna promoción. Al contrario, no más gente porque ya no hay espacio y todo se está debilitando. Eso me dolió mucho porque ha sido mi amigo personal.


–En muchos sentidos, el folclore es aceptado en todas las clases sociales. ¿Arguedas contribuyó mucho a ese reconocimiento?


–Ah, claro, mucho. Él ha sido el primero, por ejemplo, que presentó a los danzantes de tijeras en el Teatro Municipal en el año 1964, trayéndolos de los propios lugares. Trajo de Parinacochas y de Lucanas, de San Diego de Ishua. Allí se presentó Máximo Damián con Lázaro Asto, que es danzante.


–De la chacra al teatro.


–Así es. Los trajo, pero recibió muchas críticas. Se opusieron, uy, dijeron, qué, cómo el Teatro Municipal va a ser pisoteado por los indios apestosos. Eso lo sabía Arguedas, pero dijo no, sobre la cabeza de todos vamos a presentar nuestro folclore. Y así se hizo una presentación a lo grande.


–En marco de gala.


–Sí, allí se presentó con una revista y unos folletos con información de lo que se cantaba y lo que se bailaba. En ese tiempo sólo se cantaba, hasta yo cantaba huaino bonito, pero no sabía que era huaino. Arguedas nos enseñó a conocer nuestro canto y música.


–¿Qué decirle al Gobierno?


–Que tenga más sensibilidad por la cultura andina, que también es nuestra, que no se dedique sólo al criollismo.


Fuente: www.larepublica.pe

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